«Where no man has gone before». Influencia histórica de los viajes navales y sus descubrimientos en la obra de Gene Roddenberry

Gene Roddenberry siempre estuvo relacionado con los viajes y su disciplina. Sabemos que era un fan de la ciencia ficción de siempre, gran lector y escritor. Cursó estudios de ingeniería aeronáutica, interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial, dónde sirvió desde 1941 como piloto, capitán del Yanquee Doddle. Un bombardero B-17. Sobrevivió a los combates y a un accidente aéreo, después de ochenta y nueve misiones en el Pacífico Sur ¹, terminando la guerra con honores.

Hasta entrada en su madurez sirvió, no sólo como militar, también como piloto de la Pan Am y luego como policía en la ciudad de Los Ángeles. Ciudad en la que se había criado y donde comenzaría su siguiente carrera, la de de guionista televisivo. Su experiencia vital, su ideario progresista, más su gusto por las novelas de viajes y aventuras ², fueran históricas o fantásticas o la unión de ambas , dieron como resultado la gran obra de su vida.

Sabemos que uno de sus libros favoritos era The Voyage of the Space Beagle de A.E. Van Vogt. Éste, libremente, se basaba en la experiencia de Charles Darwin en su viaje de descubrimientos mediado el siglo XIX, supuso el descubrimiento de la evolución en los seres vivos, toda una revolución que afectó a la sociedad en su moral y religiosidad.

La otra gran influencia, también relacionada con las aventuras de exploración, supervivencia y descubrimiento, fue su propia obra previa como guionista de western para la tele. Inspirado en las aventuras reales de los colonos cruzando la enorme norteamérica del siglo XIX, en sus largas caravanas de carros.

Y esto, junto a su lectura, de las obras de C. S. Forester, el ciclo de aventuras del capitán Horatio Hornblower ³, combatiente en la guerras napoleónicas, definieron prácticamente lo que iba a acabar siendo Star Trek.

Su primer tratamiento de la serie, el 11 de marzo de 1964 pues, se llamó no casualmente Wagoon Train to Stars. Protagonizada por la tripulación de la SS Yorktown del siglo XXIII explorando la galaxia. Por todos es sabida la larga lista de cambios, pruebas y rodaje de un nuevo piloto y otro y otro… que al fin desembocaría en el Star Trek definitivo.

Star Trek nos cuenta la misión de exploración científica y diplomática de cinco años, encontrando nuevos mundos, contactando pacíficamente con culturas desconocidas o bregando con otras potencias rivales belicosas. Profundizando en las relaciones entre personajes, dando pie a situaciones en donde el conflicto se resuelve con razón y diálogo, desde el amor o amistad más personal, aunque sin dejar de lado la acción cuando es necesaria.

Y como citaba al inicio, la inspiración inicial de Roddenberry fue el viaje de cinco años en misión científica, diplomática y de inteligencia militar, del HMS Beagle.

Capitaneado por el entonces reconocido capitán Robert FitzRoy ⁴ (Imperio Británico, 1805 1865, arístócrata, descendiente del rey Carlos III Estuardo), el cual contaba entre sus tripulantes con un protegido y amigo por entonces. Un muy joven anónimo, ayudante científico, el por entonces geólogo y sobre la marcha naturalista, Charles Darwin.

Al capitán Fitzroy, además de ser un experto marino de su tiempo, le debemos el que fuera padre de la meteorología científica y moderna. En su época, la formación que necesitaba cualquier oficial de todas las marinas del mundo, no se limitaba al mando de la tripulación y la estrategia militar. Los marinos de entonces eran lo más similar a un astronauta. Para poder guiar sus naves por los entonces enormes mares, debían adquirir un profundo conocimiento de la astronomía además y por lo tanto de las matemáticas, idiomas, ingeniería, diplomacia y otras ciencias que facilitasen el manejo y la supervivencia de su mando y tripulación, nave y misiones.

Debían reconocer la disposición de los vientos y corrientes marinas, la geología de las costas y playas dónde debían desembarcar, comprender y aplicar cualquier idea o noción que supiera una mejora en la salud propia y de sus tripulantes, para evitar enfermedades, plagas e intoxicaciones en una época en la que escaseaban los verdaderos médicos y cirujanos. La mortalidad durante una misión en alta mar, sin siquiera entrar en combate, podía costar la vida a dos tercios de la tripulación fácilmente, de media.

También debían comprender cualquiera de las artes navales, para poder disponer de su barco en las mejores condiciones aunque dispusieran de subordinados especializados para ese trabajo. Ingeniería en todas sus aplicaciones necesarias para cumplir cualquier misión con éxito, además de tener las habilidades para dirigir una tripulación, mantenerla sana y abastecida, y finalmente por supuesto, todo lo obligado para la estrategia militar tanto desde el mismo barco en si, como en el combate cuerpo a cuerpo, abordaje y el mando de unidades de infantería en tierra.

Fitzroy a la vuelta del gran viaje fue el gran olvidado por el público, el éxito literario y científico de Darwin eclipsó y deprimió al capitán hasta convertirlo en un amargado enemigo de su antiguo pupilo y amigo, sin ser capaz de alcanzar otras metas.

Darwin, el gran referente de Roddenberry, sin embargo es por todos conocido por, literalmente, haber cambiado el mundo. Sus descubrimientos han redefinido nuestra cultura y casi fundado la ciencia moderna, como instrumento del conocimiento de la naturaleza que nos rodea.

Su infancia fue agradable, miembro de una familia numerosa respetada y acomodada, profundamente cristiana. Sin embargo unas palabras de su padre, Robert, médico de profesión (y el abuelo Erasmus, por cierto, fue un destacado biólogo) le marcaron por siempre, le dijo un día: «no vales para nada, sólo sabes montar a caballo, andar con los perros y cazar ratas».

Sabemos que era un padre bondadoso, quizás fuera una broma fuera de contexto dicha a un niño sensible, quien sabe.

Charles pudo ser clérigo (a posteriori suena sorprendente), matemático, botánico, filólogo y botánico. Leía a Wordsworth, Coleridge o Milton y luego estudiaría la obra de su predecesor, el famoso Alexander von Humboldt. La cuestión es que Darwin hijo, a diferencia de la imagen popular del anciano barbudo calvo y enfermo, desarrolló lo mejor de su carrera de joven. Siendo un muchacho aficionado a la acción, al deporte y caza, esto le ayudará más adelante para sus estudios y la adquisición de toda clase de ejemplares animales y de plantas, era un verdadero atleta, casado y con diez hijos de los que fallecieron dos. Su mujer, una superdotada pianista, Emma Westwood, y él eran primos. Educaron personalmente a sus hijos, algo ahora común pero rarísimo en el siglo XIX para alguien de su clase.

Darwin hablaba español, lo aprendió en Argentina tras una larga convivencia con los gauchos durante el viaje del Beagle.

Estudió medicina en la Universidad de Edimburgo, pero al no verle interés pronto cambió su carrera como estudiante de geología en Cambridge en 1828. En 1831 comienza sus estudios de geología.

Allí traba amistad con su futuro padrino, el ya citado Fitzroy, por entonces una figura en alza dentro de la Royal Navy. Reconoce su valía y lo enrola como su ayudante y geólogo en la misión que comanda. Un viaje de cinco años (del 27 de diciembre de 1831 al 2 de octubre de 1836) para cartografiar, investigar y espiar, las cosas como son, las costas del antiguo imperio español americano recién independiente , a bordo del HMS Beagle, un barco especialmente preparado para el largo viaje y la investigación.

El Beagle era un bergantín bricbarca de dos palos y mesana, clase Cherokee, nada espectacular, solo 30 metros de manga… Olvidemos cualquier cosa parecida a una fragata o navío de varios puentes… De hecho las modificaciones para ampliar el espacio y su acondicionamiento para el viaje lo desequilibraron y casi lo deja fuera de servicio si no algo peor, ganándose el apodo de ataúd flotante. Era originalmente solo un barquito logístico de la Marina Real.

En él, Darwin ocupaba la sala de mapas, con el mástil de la mesana cruzando el camarote como una columna. El barco transportaba en total unas 90 almas. Durante el viaje, Charles desarrolla su talento como paleontólogo y naturalista, descubriendo los primeros fósiles hallados del megaterio, del toxodón, del criptodonte y del ñandú, en Argentina y Uruguay.

Cruzaron las costas, remontando ríos, también desembarcaron para atravesar los Andes y Tierra de Fuego. Luego en el mar otra vez, el Cabo de Hornos, dónde casi naufragan.

Finalmente llegan, si, a las islas Galápagos (Ecuador). Allí Darwin estudia los volcanes, plantas, arrecifes o atolones, descubriendo el porqué de la formación de los arrecifes de coral. Toma nota de la fauna salvaje, estudia a los famosos pinzones con su variedad de picos adaptados para diferentes medios de subsistencia y algo comienza a removerse en su mente.

A la vuelta del viaje, se casa con Anne, mientras, Fitzroy prepara la edición de los diarios del viaje (Diario de Viaje, en varios tomos), del que prevé que será su gran éxito. Darwin debe encargarse de una parte y ésta es la que logra la fama masiva, eclipsando a Fitzroy, el cual por eso no volvería a publicar nada jamás.

Darwin ya en casa, repasando sus notas comienza a desarrollar su teoría de la evolución. Su familia se ha mudado al campo, en 1842, en Down House, cerca de Londres, en Bromley (una pequeña ciudad que luego sería el famoso barrio cuna artística de David Bowie y del movimiento punk, por cierto).

En este crucial momento, su vida da un terrible giro, parece que víctima de la picadura de una chinche durante su largo viaje, adquiere una enfermedad crónica que ira alterando su mente y cuerpo con el tiempo y a peor.

De todas formas, mientras trabaja, lo hace en un camino privado propio mientras pasea, o bien en su despacho. Es entonces cuando mueren dos de sus hijos, entre ellos su favorita, Annie, a los diez años. Esta perdida más sus descubrimientos hacen que paulatinamente abandone sus creencias religiosas, aunque no se enfrenta a su esposa, con la que continua asistiendo a misa, su familia se mantiene unida y le apoya, junto a su entorno laboral.

En 1858 presenta el primer esbozo completo de su Teoría de la Evolución, junto con Alfred Russell Wallace, otro eminente autor que de forma paralela había llegado a las mismas conclusiones, ambos habían trabado si no amistad si compañerismo por la causa de su descubrimiento revolucionario. En 1859 completa su propia obra de forma definitiva, Origin of the Species, agotando varias ediciones de inmediato.

Notas

1. Como miembro de la 13ª Flota aérea de la USAF, estuvo destacado en Hawai, Nueva Caledonia, Nueva Guinea, y en partes de Polinesia y Melanesia y en varios archipiélagos del Pacífico Sur. Estos fueron escenarios importantes durante los viajes exploratorios, comerciales y científicos como la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, la ruta del Galeón de Manila, Francis Drake, De gran parte de los viajes del capitán Cook y de la malograda expedición de su pupilo, el capitán Blight y sus amotinados de la Bounty. O de Álvaro de Mendaya, descubridor de Las Salomón, el holandés Roggeven y de los franceses Bouganville y el desafortunado Lapérousse y tantos otros que contactaron con japoneses, chinos, indonesios, australianos o polinesios. Sus crónicas sentaron las bases históricas y mitológicas de Star Trek. Seguramente, en algún momento esto también debió influir, en el por entonces joven oficial Roddenberry. ↩︎
2. Varios autores citan como influencias importantes la película Planeta Prohibido  (1956 Fred M. Wilcox). Su trama se inspira en La Tempestad, de W. Shakespeare. Otros nombran la serie de R. Jones, Space Ranger, de 1954, con muchos paralelismos en el concepto de personajes, diseños o decorados. ↩︎
3. Al igual que Nicholas Meyer, uno de los mejores guionistas y directores que ha contado la serie original en su fase cinematográfica. A Meyer le debemos las diferencias en el tono entre la primera película de Robert Wise, trascendental luminoso y aséptico, y su La ira de Khan y siguientes películas de la saga original. Dónde además de toques de humor, vemos profundos y estudiados cambios en la ambientación de las naves de la flota estelar, uniformes y escenas de acción en unos guiones, en conjunto, de corte mucho más marineros y militarizados. ↩︎
4. Inspiración también del más actual y popular ciclo de Aubrey y Maturin de Patrick O’Brian. Citar además que Gregory Peck, protagonista de la adaptación cinematográfica de los libros de Forester, interpretando al capitán Horatio Hornblower en El hidalgo de los mares (1951 Raoul Walsh), es abuelo de Ethan Peck, el Spock adulto de las series Star Trek Discovery (EEUU 2019) y Star Trek New Worlds (2022). Durante su funeral, en 2003, el panegírico fue leído por su amigo, el actor Brock Peters (coprotagonista en Matar a un ruiseñor), recurrente en el reparto de Star Trek Espacio Profundo 9 y en las películas Star Trek IV Misión salvar la Tierra y en Star Trek VI Aquel país desconocido. ↩︎

Apéndice

Thomas Cochrane como inspirador de la figura del capitán James T. Kirk (y de Horatio Hornblower):

Thomas Alexander Cochrane alias Le loup des mers (lobo marino) nacido en Annsfield cerca de Hamilton el 14 de diciembre de 1775, fallecido en Londres un 31 de octubre de 1860. Oficial de la Marina Real, veterano de las guerras napoleónicas, de Trafalgar y como mercenario y agente británico, de las guerras de independencia hispanoamericanas y griega. Sirvió además en las marinas chilena, brasileña y helena y ocupó diversos cargos políticos y militares.

Famoso por su audacia y talento creativo, dotes políticas, de mando y de un carácter fuerte y original, resulta un héroe popular de la historia británica y chilena.

Capaz de enfrentarse a fuerzas superiores y vencerlas, dar ejemplo de valentía y camaradería frente a sus hombres, saltándose el clasicismo imperante si era necesario, para la supervivencia del barco, su tripulación, misión y suya propia.

Bibliografía y referencias

Literarias

Revistas

• Blade Runner Magazine revista de ciencia ficción. Star Trek especial 25 aniversario, año II, Nº6. Editor: Jaime Rosal, Manhattan Transfer SA. España, 1991.
• Star Fiction (edición española de la revista Starlog, EEUU).

Libros de divulgación

• Voyage on the Beagle. Charles Darwin, White Stars Publishers, 2006.
• Darwin, autobiografía. Charles Darwin. Alianza Cien. Alianza Editorial 1993.
• Los más temerarios exploradores y viajeros, Juan Van Den Eynde. Ed. Rueda J.M. S.A. 1999.
• Fantasmas de hielo, la épica búsqueda de la Expedición Franklin. Paul Watson. Editorial Planeta, 2018.
• La Bounty, la verdadera historia del motín de la Bounty, Caroline Alexander. Planeta, 2005.
• El Capitán Cook, el mayor explorador de todos los tiempos, Vanessa Collindrigde. Boocket, viajes y aventuras. Ediciones Martinez Roca. 2004.

Novela

• Saga de Audrey y Maturin, Patrick O’Brian. 20 volúmenes. Pocket Edhasa, tercera reimpresión de noviembre de 2003.

Cómic

• Star Trek Classic. A. Giolitti, N. Zeccara. Tomos recopilatorios, en parte, de la edición de Gold Key, Western Publishing 1966 EEUU. Recerca Editorial 2004.

Audiovisuales

Cine

• La duda de Darwin (Creation). Reino Unido, 2009. Director Jon Amiel, guión de John Collee y Jon Amiel. Reparto: Paul Bettany, Jennifer Connelly, Martha West, Guy Henry, Benedict Cumberbatch, Toby Jones, Jeremy Northman. BBC Films.
• El hidalgo de los mares. EEUU, 1951. Director Raoul Walsh, guión de I. Goff, B. Roberts y A. McKenzie. Reparto: Gregory Peck, Virginia Mayo.
• Master and Commander, al otro lado del mundo. EEUU 2003. Director: Peter Weir. Guión de Peter Weir y John Collee, sobre las novelas de Patrick O’Brian. Reparto: Russell Crowe, Paul Bettany, James D’arcy, Billy Boyd. 20 Century Fox Miramax Films, Universal y Samuel Goldwyn Films
• Star Trek (Paramount EEUU):
  • Star Trek La Película. Robert Wise. 1979.
  • Star Trek II La Ira de Khan. Nicholas Meyer. 1982.
  • Star Trek III En busca de Spock. Leonard Nimoy. 1984.
  • Star Trek IV Salvar la Tierra. Leonard Nimoy. 1986.
  • Star Trek V La Última Frontera. William Shatner. 1989
  • Star Trek VI Aquél País Desconocido. Nicholas Meyer. 1991.
  • Star Trek VII La Próxima Generación. David Carson.1994.
  • Star Trek VIII Primer Contacto. Jonathan Frakes. 1996
  • Star Trek IX Insurrección. Jonathan Frakes. 1998.
  • Star Trek X Némesis. Stuart Baird. 2002.
  • Star Trek. J. J. Abrams. 2009.
  • Star Trek En la Oscuridad. J. J. Abrams 2013.
  • Star Trek Más Allá. Justin Lin. 2016.